Reserva Natural Sierra de las Cabras

  • Vella spinosa
  • Buitre leonado
Cumbres vírgenes del sureste
Espacios Naturales Protegidos

El auténtico techo de la provincia manchega. Ubicada en el entrante de la provincia de Albacete entre Jaén, Granada y Murcia, se rodea de montañas de gran envergadura. Como su Pico Atalaya, que supera los 2.000 metros. Las vistas en la ascensión de la sierra dejan sin aliento. 

Los aficionados a la geología podrán observar la evolución de las Cordilleras Béticas en los procesos producidos durante el Mesozoico. Es muy destacable la geología de la Sierra de las Cabras, porque se pueden encontrar muestras de muchos de los acontecimientos geológicos que han participado en la formación de las Cordilleras Béticas. Estas montañas se componen de unidades de origen, evolución y ambiente de formación muy diferentes. La variedad de rocas es importante. Se pueden encontrar margas, arcillas, arenas y areniscas, aunque son las dolomías o calizas, por su dureza, las que dan lugar a las formas más espectaculares. Los fósiles pueden llegar a ser muy abundantes, conservando restos de plantas y animales como erizos y moluscos, de entre lo que se destacan los belemnites, moluscos del tipo del calamar.

Quienes gusten de mirar al cielo verán el buitre leonado, el halcón peregrino, el águila real, y el rarísimo Roquero rojo. La lista de aves que habitan la sierra llenaría varias páginas.

El mamífero que preside la Sierra es el que le da nombre, la cabra montés, a la que se puede encontrar trepando por los abundantes roquedos.

Importante también es su riqueza botánica. Alberga al menos 36 especies de plantas incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas y 10 comunidades vegetales consideradas Hábitat de Protección Especial.

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