Reserva Natural Complejo Lagunar de Ballesteros

Geología en acción

El complejo lagunar de Ballesteros está formado por más de 40 dolinas y uvalas formadas por la disolución de los yesos mediante procesos kársticos. Treinta y seis dolinas albergan lagunas estacionales o permanentes.

Referente científico a nivel internacional por las comunidades de seres vivos acuáticos, en el exterior de las lagunas podemos observar la vegetación propia de las zonas pantanosas, constituida por hábitats protegidos.

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Valores

Valores Florísticos y Vegetación

La vegetación acuática de las lagunas está bien conservada. Lo más característico es la presencia de unas algas llamadas ovas o carófitos que cubren el fondo de las lagunas, formando praderas subacuáticas de gran diversidad e interés. El complejo lagunar está considerado un enclave único de este tipo de vegetación.

La vegetación palustre, exterior a las lagunas, ocupaba antes todo el espacio entre ellas constituyendo una aunténtica zona pantanosa. Aunque actualmente está muy reducida por la presencia de cultivos, aún se encuentran representadas todas las formaciones vegetales típicas de estos medios (comunidades de cárices, de castañuela, juncales salinos, etc), incluyendo masegares, la vegetación más representativa de humedales como las Tablas de Daimiel, y que hoy es muy escasa en la provincia y en la región.

Las características de humedad y suelo hacen que de manera natural no se encuentre vegetación arbórea, únicamente en la ribera del río San Martín podemos ver especies como el álamo negro o el sauce.

Valores Geomorfológicos

Las dolinas o torcas son hundimientos del terreno que, en esta zona, se deben a la acción del agua subterránea, que disuelve los yesos hasta que se produce el colapso de la zona superior. Si el hundimiento alcanza el nivel freático, la dolina se inunda de manera permanente; en caso contrario puede recoger el agua de lluvia y mantenerla durante parte del año.

Generalmente los procesos kársticos se producen muy lentamente, sin embargo el karst sobre yesos de la zona central de Cuenca está activo hoy en día y es extraordinariamente dinámico, lo que ha permitido observar en los últimos años la formación de dolinas y su transformación en lagunas.

Las lagunas son bastante heterogéneas en cuanto a su profundidad y superficie. En cuanto a sus aguas, la mayoría son salinas debido a la presencia de yesos en el terreno.

Valores Faunísticos

En un entorno predominantemente agrícola, la presencia de estas lagunas y su vegetación marginal, la gran extensión de los prados de Ballesteros y los encinares próximos al espacio, constituyen un mosaico de paisajes muy valioso para la fauna. De este modo, el espacio protegido alberga una gran diversidad de especies de fauna, muchas de ellas incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas.

Algunas de ellas son fáciles de ver, como el aguilucho lagunero, que cría en la reserva natural, o el milano negro, que se puede ver en grandes concentraciones a finales de verano, en la época previa a la migración.

Sin embargo otras nos pasan generalmente desapercibidas, como los tejones que viven en la reserva, o los numerosos anfibios y reptiles.

Y no hay que olvidar a los invertebrados, especialmente a las libélulas y caballitos del diablo, de los que viven casi 30 especies en el complejo lagunar: un tercio de los existentes en la península ibérica; algunos de ellos amenazados.

Valores Paisajísticos

La reserva natural del complejo lagunar de Ballesteros puede resultar "difícil de ver". Las lagunas se encuentran en una hondonada, únicamente desde puntos altos como la carretera de Arcas a Villar de Olalla se aprecia su existencia, y una vez que el visitante baja al hondo la vegetación herbácea impide detectarlas (aunque el sendero marcado nos acerca a la orilla de dos de ellas).

El paisaje se percibe por tanto muy lineal y poco atractivo: sin árboles, aparentemente sin agua. Es necesario conocer las circunstancias excepcionales que rodean a estas lagunas para apreciarlo, y quizá dejar volar la imaginación para ver el paraje en su estado totalmente natural: una extensa zona pantanosa, refugio de diversidad biológica.

Otros Valores

Invisible al ojo humano, lo que sucede bajo la superficie de las lagunas es sin duda el valor más importante de la reserva natural. En las lagunas más profundas, el agua del fondo no se mezcla con la de la superficie y es radicalmente distinta, ya que en ella no existe el oxígeno. En esa capa anaerobia viven microorganismos únicos que no toleran el oxígeno y aprovechan el azufre presente en el agua. Es decir, tan solo a unos metros bajo el agua, las condiciones para la vida se asemejan más a las de una Tierra primigenia que a nuestro mundo aerobio y basado en el carbono.

Sin embargo en ocasiones este mundo invisible aflora a la superficie, las aguas se mezclan y las bacterias del azufre, de color rojo, son transportadas cerca de la superficie dando a las lagunas un color rojo más o menos intenso. Este fenómeno, que en España solo se había descrito en la laguna Cisó, en Banyoles (Girona), se ha podido observar recientemente en dos de las lagunas de Ballesteros.