La profusión de grandes aparatos volcánicos superpuestos o alineados según fisuras eruptivas, de erupciones tanto estrombolianas como hidromagmáticas, con conos piroclásticos con y sin coladas, maares de diversas dimensiones con menor o mayor desarrollo de sus anillos de tobas u oleadas piroclásticas, componen una variedad de edificios volcánicos única en toda la región volcánica de Ciudad Real.
Así, un total de diez unidades volcánicas, entre centros de emisión estrombolianos, cráteres de explosión hidromagmáticas y lagunas originadas por la obstrucción de arroyos por coladas volcánicas, que se alinean siguiendo varias fisuras eruptivas paralelas de dirección noroeste-sureste, se incluyen en el espacio natural protegido, enmarcado en la sierra paleozoica cuarcítica de Villar-Ballesteros. Estas unidades, relacionadas de norte a sur, son: el Volcán de La Conejera, centro estromboliano de forma cónica muy definida con emisión de coladas; el Maar de Navalacierva, cráter de explosión hidromagmática con anillo parcial de tobas, que presenta dos pequeñas resurgencias internas, una de ellas con una laguna temporal; el Volcán de Setecientas, antiguamente denominado Volcán de Los Frailes, centro estromboliano con emisión de coladas y una depresión hidromagmática asociada; los Maares del Acebuche y de Los Lomillos, cráteres de explosión hidromagmática con grandes anillos parciales de tobas y que albergan sendas lagunas casi permanentes en su interior; el maar al este de la Laguna de Carboneras, cráter de explosión hidromagmática con anillo parcial de tobas, y la Laguna de Carboneras, originada por la obstrucción de la cabecera de un arroyo ocasionada por la emisión explosiva de este maar y del de Los lomillos; los Maares de Hoya Larga, dos cráteres de explosión hidromagmática superpuestos, con anillo parcial de tobas; el Volcán de La Encina, gran centro estromboliano con emisión de coladas cuyo cono emerge sobre una base de la cuerda cuarcítica de la sierra, presentando una forma elipsoidal troncocónica, con una notable depresión cratérica en la cima y, finalmente, el Volcán de La Colmenilla, centro estromboliano de forma cónica bien definida y menor dimensión que el anterior, también con emisión de coladas.
Las coladas lávicas correspondientes a los volcanes de La Conejera, Setecientos y La Encina, discurrieron por pequeños arroyos o valles, ocupándolos, pero sin producir escarpes notables ni en su frente actual ni en sus laterales, debido a la escasa potencia que presentan. En cuanto a la composición de estas coladas, se presentan los tres principales magmas que hay en la región: basálticos, en las coladas procedentes de los volcanes de Setecientos y La Encina, con emisión también de productos piroclásticos de proyección aérea –bombas, lapillis y escorias-, en el caso del volcán de La Encina; nefeliníticos, en las coladas emitidas por el Volcán de La Conejera, con materiales de nefelinitas olivínicas; y magmas melilitíticos, emitidos por el volcán de La Colmenilla. En cuanto a las explosiones hidromagmáticas, destaca el anillo de tobas y brechas que circunda el maar de Los Lomillos.
En cuanto al grado de conservación natural de las unidades volcánicas presentes en este espacio natural protegido, éste es bastante bueno, ya que aún no están excesivamente erosionados, siendo posible reconocer perfectamente todos los elementos volcanoestructurales: cráteres, coladas, anillos de tobas y maares.